Casamientos en el Museo Larreta
14 Noviembre 2017
En el marco de los casamientos en lugares emblemáticos, a partir de ahora se suman museos y este es el turno del Larreta en el barrio de Belgrano, una iniciativa del Registro Civil a través del Ministerio de Gobierno porteño.
Este miércoles se llevarán a cabo tres casamientos en el Museo Larreta. Belgrano es uno de los 47 barrios porteños pero no siempre formó parte de la ciudad. Hasta 1887 fue una población separada de la ciudad de Buenos Aires. Y hasta fue asiento de las autoridades nacionales cuando en 1880, Carlos Tejedor (gobernador de la provincia de Buenos Aires) no aceptó la Ley de Federalización sancionada en 1880, y se levantó en armas contra el gobierno central.
El entonces presidente, Nicolás Avellaneda, debió abandonar la casa de gobierno frente a la Plaza de Mayo y se instaló en donde hoy está el Museo Sarmiento, sobre la calle Cuba, frente a la Plaza Manuel Belgrano (Cuba, Juramento, Vuelta de Obligado y Echeverría).
En ese pueblo, muchas familias tenían sus casas-quinta de veraneo, a las cuales se trasladaban por largos períodos de vacaciones. Donde hoy funciona el Museo Enrique Larreta, en la manzana delimitada por Juramento, Vuelta de Obligado, Mendoza y Cuba, fue desde fines del siglo XIX la casa de veraneo y residencia del escritor Enrique Larreta, escritor, académico y diplomático argentino, representante del modernismo en la literatura hispanoamericana.
Hacia 1886, el arquitecto Ernesto Bunge construyó esta residencia como quinta de veraneo de estilo italianizante para los dueños originales del lugar, sus suegros: Francisco Chas (hijo de Juana Belgrano, una de las hijas de Manuel Belgrano), y Catalina Salas. Francisco Chas había sido, entre otras cosas, senador por la provincia de Buenos Aires y había ocupado una serie de cargos públicos en el Estado nacional.
A la muerte de Chas y su esposa, la hija de ambos, Rosario Chas y su esposo, Bunge, vivieron una temporada en el lugar, pero finalmente la vendieron y en 1894 fue adquirida por Mercedes Castellanos de Anchorena. Cuando su hija, Josefina Anchorena, se casó con Enrique Larreta en 1903, la residencia fue un regalo de bodas para los flamantes esposos.
Por ese entonces, la casa solo tenía unas pocas habitaciones abiertas a una galería, con columnas y alero que rodeaban el patio. Y los nuevos dueños decidieron realizar modificaciones y, aconsejados por el arquitecto Martín Noel, encargaron al arquitecto Cristhian Schindler la transformó en 1916 en un palacio de estilo neocolonial con influencias españolas. El cambio obedecía a la época: buscar las raíces españolas en nuestra cultura frente al avance de la inmigración que “hacía peligrar los valores culturales”, y fue Martín Noel pionero en la arquitectura de imprimirle un sello nacional con raíces españolas a la arquitectura nacional.
De esa manera la casa “creció”, se incorporaron habitaciones en el primer piso, áreas de servicio, se cubrió el patio central, con una impronta más relacionada con el período renacentista español y barroco, y se construyó un patio andaluz en los jardines.
En el año 1961 falleció Enrique Larreta y sus hijos vendieron la casa a la entonces Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires con la idea de que se transformara en un museo y donaron la colección de arte y el mobiliario del escritor. Un año después, en 1962, el museo abrió oficialmente sus puertas, y su colección se fue acrecentando con donaciones y compras, que enriquecieron el patrimonio original.
2017 fue el año de la reinauguración del Museo Larreta luego de los trabajos de puesta en valor encarados por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El próximo museo será el Fernández Blanco; también se oficiarán casamientos en la fuente de las Nereidas y en la glorieta de Barrancas de Belgrano.